Terminada la lectura de Memorias de la Casa Muerta de Fiodor Dostoievski en una edición muy atractiva de editorial aguilar, ejemplar sacado a préstamo de la biblioteca municipal de Vejer de la Frontera.
Lo que más me ha impresionado de su lectura ha sido la capacidad de perdonar que manifiesta el narrador. No olvidemos que estamos en presencia de unas Memorias de la vida en un penal dura experiencia vivida en primera persona por el escritor. No se percibe ni una brizna de odio ni de rencor en el relato a pesar del trato tan inhumano que hubo de sufrir durante esos largos ocho años en presidio.